Cada año se depositan en un buzón cercano a su tumba las miles de cartas que en todos los idiomas llegan al cementerio de Collioure dirigidas a don Antonio Machado. Las flores le acompañan permanentemente, también las piedras.
Simbólicamente, nosotr@s ofrecemos las piedras de nuestro camino, recordando así que, a pesar del horror, la poesía permanece y nos hace mejores.